Por: Annjulie Villela y Nahomi Diaz
Modelos: Lia Zavala, Paty Simon, Ana Huete, Ainara Juana, Amy Campos Fotografía: Hilary Romero Dirección: Amy Campos Maquillaje y Peinados: Athenea Beauty Parlour Vestuario por: Da´Lila Estilismo: Yusaira Valladares Producción: Hizzel Hernandez y Jacklyn Maradiaga
El peso de generaciones de cambio nos ha colocado en miles de posiciones.
desde diosas de la belleza y el amor con rollitos en el estómago y thunder thighs, hasta el querer el cuerpo de modelos stick thin.
No es solamente lo que se coloca sobre el cuerpo lo que está de moda, sino el cuerpo en sí. Hace poco leí un artículo que decía que los senos pequeños están de moda de nuevo ¿Cómo una parte del cuerpo puede estar de moda? Y se ven pósters vintage de pastillas para engordar, porque ser flaca no era atractivo. Las mujeres hemos tenido que adaptarnos a todos estos cambios, algunas más victimas que otras; presas en el deseo de ser atractivas dejando de lado su salud mental y física. Por mucho tiempo la mujer ha sido la marioneta muda del hombre. Aunque la mujer ha logrado liberarse de muchos yugos, aún se encuentra atrapada en la caja del machismo. Lo peculiar de una mujer guerrera y luchadora, que sabe su situación, es que logra demostrarle al mundo que puede ser quien ella quiere ser. La mujer tiene el poder de levantarse un día y reinventar su imagen sabiendo que generará comentarios y respuestas negativas, pero lo hace. La mujer valiente del nuevo milenio rompe estereotipos. La mujer emprendedora del siglo XXI no se deja llevar por comentarios vacíos y reglas absurdas de una sociedad gobernada por el patriarcado. La mujer, que se valora a sí misma, toma las riendas de su vida y decide qué hará de ella, se pone de pie ante todo enemigo y sobretodo, no lo hace sola, lo hace en alianza con nosotras, sus compañeras. El feminismo es un término muy delicado de tratar porque la palabra ha sido manchada con preguntas tales como “¿Por qué se llama feminismo si se habla de ambos géneros?” “¿Por qué odian al hombre?” “¿Por qué se preocupan por esto si hay más problemas en el mundo?”. El feminismo se define como una mujer que sabe que merece el derecho de votar, expresarse en protestas políticas, hasta lanzar una campaña por la presidencia de su país igual que un hombre. Se define con el mismo sueldo para ambos sexos que ejercen la misma profesión. No solamente hablamos de igualdad política y económica. La igualdad social que nos define el feminismo nos explica que un hombre también puede llorar, también puede expresar sus sentimientos, también puede ser víctima de acoso sexual e incluso violación. Ambos sexos pueden ser víctimas de los mismos problemas en una sociedad machista. La mujer puede ser quien ella quiera ser, como la misma Barbie de Mattel nos ha repetido. La mujer es merecedora de caminar por las calles y ser ella misma. Vestirse con ropa que le guste simplemente porque le gusta. No existe ropa para flacas ni ropa para gordas. No se trata de qué cuerpo se parece más al maniquí. Se trata de quien lleva la ropa puesta con actitud y confianza. El verdadero reto está en aceptarnos y querernos por amor propio, vestirnos por amor a la moda. En las últimas décadas cambios pequeños se han visto; ahora mujeres de todos los tamaños se ven en el mundo de la moda, que es el que más explota la fácil adaptación del cuerpo. Campañas de mujeres sin retoques en Photoshop, fashion bloggers de todas las tallas dando su review, no desde el punto de vista de “soy gorda y aún así uso esta prenda”, sino desde el punto “me gusta la moda, y por eso uso esta prenda, punto”. Puede ser que falte mucho por recorrer, pero ya estamos desmantelando a fuerza y con el puño cerrado la caja en donde nos han colocado, solo para ser observadas por la belleza estandarizada de la época. Tiramos los accesorios con los que convencionalmente venimos y conseguimos nuevos, que se adapten a nosotras, no nosotras a ellos.
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