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El Futuro de Honduras


Por: Cinthia R.


En el 2016, se registraron más de 6,300 egresados de educación superior a nivel nacional. De esos 6,300 sólo uno de cada diez conseguirá trabajo en su área. Lo que te deja con la pregunta de: ¿Qué nos depara el futuro?


 “No hay oportunidades para jóvenes”, es la frase que generalmente se escucha en las calles. Y quizás tengan razón, quizás las generaciones anteriores han agotado tanto los recursos que estas nuevas generaciones sólo tienen la creatividad y las ganas como herramientas para forjar su destino. Nuestro futuro.


Hace pocos meses me enteré de Young Leaders of America Iniciative (YLAI), gracias a Amy Campos, creadora y directora de Auge Boga; YLAI se formó ya que, para esta generación, sus primero años de vida adulta llega acompañada de un acceso limitado de empleos, capital u oportunidades educativas avanzadas, además de una atracción continua a alternativas ilícitas.


Amy Campos fue uno de los 10 invitados de Honduras que participó en un programa para fortalecer sus capacidades empresariales, desarrollar liderazgo y brindar experiencias reales a través de pasantías en reconocidas empresas y organizaciones de la sociedad civil en los Estados Unidos.


“Me asignaron el trabajo de una Fellowship para una Consultora de Mercadeo muy importante, dejaba por primera vez a mi equipo de más de 15 personas en un proyecto en el que vengo trabajando por 7 años, estando completamente sola en Chicago. Todos teníamos miedo de no dar la talla”, comenta Amy acerca de su experiencia con el programa.


Uno de los problemas más grandes que enfrentan, psicológicamente, los jóvenes es el tiempo. Vivimos en una era donde el tiempo es YA, hay que correr tan rápido como los demás. Creemos que si a los 21 ya no tenemos algo formado, a punto de salir de la universidad, un carro, trabajo o una mini empresa; estamos atrasados.


“Creo que de ver tanto emprendedor, me di cuenta que las cosas no hay que hacerlas correr a la velocidad de las ‘tendencias de redes sociales’, hay que saber todo llega a su tiempo y que a veces pensamos que las empresas grandes se hicieron de la noche a la mañana, pero en realidad tardaron en establecer sus bases y una vez eso era sólido, el resto, que es lo que vemos, lo que según nosotros se arma rápido”, aconseja, Amy.


En conclusión, emprendedores como Amy Campos, Frank Solórzano, Eda Aguilera, Ricardo Díaz, Katherine Espinal, Marian Ferrufino, Karla Inestroza, Regina Ponce, Homero Rojas o Dania Valle, son ejemplos de todo lo que este país ofrece, de lo que se puede formar si se tiene el valor y las ganas de salir adelante.


“Tenemos que ser conscientes del país de donde venimos, que todo lo que hagamos en el rubro en el que lo hagamos tenga un impacto positivo en nuestra comunidad. Convivir por tanto tiempo con personas sobresalientes en sus propios países me enseñó a entender que todos estábamos pasando por lo mismo, teníamos temores similares, problemas similares y fue genial poder platicarlas durante las clases y buscar soluciones en conjunto”, agrega Amy.


No todo está perdido. Dejemos de hablar de problemas y busquemos soluciones, dejemos de exponer ante el mundo lo malo del país en el que vives cuando hay mentes brillantes como la de Amy Campos o Frank Solórzano a quiénes darle crédito. No creo que la opción sea dejar de consumir producto extranjero, lo que creo es que debemos consumir más producto nacional.


“Aunque en Honduras he hecho cosas bien locas y atrevidas aun me daba miedo seguir creciendo y salir de mi zona de confort y creo que necesitaba ver cosas a escalas como las de ese tamaño en lugares así de grandes para atreverme a traerlas acá”, finalizó Amy.


Aun cuando las estadísticas nos hagan pensar que las puertas están cerradas, nosotros tenemos la última palabra. Sólo basta con salir de nuestra zona de confort para entender que hay muchísimas cosas allá afuera que aún no conocemos por nuestro miedo a fracasar.

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